Gratitud

"La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes."

jueves, 19 de enero de 2017

El sauce llorón

El sauce llorón también conocido como sauce babylonica, tiene su origen en China aunque con el tiempo, se han podido observar más ejemplares en otros puntos del planeta que sin duda, ha sido lo que ha destacado la curiosidad de algunos expertos de la jardinería más tradicional. Dicho esto, un espacio en el que se puede ver es en la zona costera del Estado de Chiapas, en México. 




A decir verdad los sauces son plantas muy antiguas que están desde hace años con nosotros y que captaron la curiosidad del hombre casi de inmediato. El sauce como tal es un robusto leñoso del que se pueden sacar muchos detalles pero es importante que sepamos que este término puede englobar desde lo que son grandes árboles a los matorrales más pequeños que se hayan podido conocer.

domingo, 15 de enero de 2017

Loto





Incienso



Aceite de albahaca

El aceite de albahaca tiene múltiples usos en la cocina, puedes utilizarlo para aliñar tus ensaladas, preparar una salsa pesto, condimentar la pasta, la carne o el pescado. Puedes comprarlo ya hecho o prepararlo tú mismo en casa siguiendo esta sencilla receta. Las propiedades de la albahaca amplían los usos de este aceite a otros campos, como el medicinal. Es un potente digestivo natural, favorece la disminución de vómitos e incrementa el apetito.






Necesitarás:
  • 1 taza de albahaca fresca
  • 2 y 1/4 tazas de aceite de oliva virgen extra
  • Tarro de vidrio con cierre hermético


Instrucciones:

1. Para preparar este aceite aromático casero necesitarás dos tazas y 1/4 de aceite de oliva virgen extra, una taza de albahaca fresca y un recipiente de vidrio con cierre hermético. Si quieres saber a cuánto equivale una taza en gramos porque no dispones de este tipo de medida, en este artículo de lo contamos.

2. Lo primero que debes hacer es limpiar bien las hojas de albahaca. Para ello, utiliza un trapo limpio o papel de cocina y frotalas con cuidado. En caso de tener arena, pásalas primero por agua. Luego, pon un cazo con agua al fuego, introducelas y calentarlas un poco. No debe llegar a hervir, de manera que con un minuto es suficiente.

3. Cuando las hojas se hayan escaldado un poco, enfríalas introduciéndolas en un recipiente con agua y hielo. Escúrrelas bien para eliminar el exceso de agua y tritúralas. Puedes machacarlas con la licuadora, con la batidora o manualmente con un mortero, como te vaya mejor.


4. Conforme las vayas machando, empieza a añadir el aceite poco a poco y continúa triturando todo. Cuando lo tengas bien triturado, puedes colarlo para eliminar los restos de hojas de albahaca o dejarlo tal cual si quedó completamente líquido.

5. Llegados a este punto, tienes dos opciones. La primera de ellas es usarlo como lo tienes para aliñar tus ensaladas o complementar tus platos favoritos y, la segunda, introducirlo en un tarro de vidrio y dejarlo macerar entre dos semanas y un mes para intensificar su sabor. Si te decantas por la segunda, simplemente has te reservarlo en el tarro, añadir unas hojas de albahaca que deberás cambiar cada dos semanas, cerrarlo y dejarlo en un lugar fresco, libre de humedades y donde no llegue la luz directa del sol. No lo reserves en el frigorífico.


6. Aunque no quieras macerarlo, siempre es más aconsejable que lo guardes en un recipiente de vidrio para una mejor conservación. Como ves, preparar tu propio aceite de albahaca es muy sencillo y le aportará un toque exquisito a tus recetas. Si lo prefieres, puedes sembrar tú mismo albahaca en casa siguiendo las instrucciones de este artículo.